Restauración de una caja de cedro canaria.

Nos encanta trabajar en el taller con piezas con un poquito de historia y dueños encantadores. Es el caso de esta caja o arcón realizado en madera de cedro, con patas torneadas y molduras talladas realizadas en madera de caoba. Se trata de una caja para guardar el ajuar, muy bien fabricada con detalles decorativos de calidad. Probablemente data de 1900 y de fabricación local, proveniente de una casa antigua del norte de la isla de Tenerife. Su dueña le tiene mucho cariño ya que es un recuerdo de su madre con una bonita historia familiar.

Clientes Felices – La Restauradora de La Laguna.

Así que nos metimos en faena para dar una nueva vida a este mueble con tanto encanto.

Pero antes de seguir, nos gustaría contarles un poquito de historia de este tipo de cajas, arcones o baúles con una gran tradición en las Islas Canarias.

Un poco de historia.

El mueble popular canario está formado por dos grupos generales: los muebles que sirven de soporte (asientos, mesas y camas) y los muebles contenedores. A este último grupo pertenecen las arcas, cajas, arcones y baúles de distintos tipos y características que existen en las islas. Son cajas comunes en todas las islas y con similares características, casi todas las familias canarias tienen una o varias en sus casas.

Las cajas más primitivas que se conservan son las llamadas Cajas de tea, que también podían estar realizadas en madera de castaño. Su diseño es rectangular y con tapa plana. Son tradicionales de la isla de La Palma, aunque también se pueden encontrar en otras islas. Su origen está en las arcas peninsulares de similares características traídas en la Conquista por los colonos. Se usaban de almacén de grano y alimentos, ropas y enseres. Su uso pervivió en las islas hasta bien entrado el s.XX.

Las Cajas de cedro o Arcas de Indias son comunes a todas las islas con similares características. Su tipología se corresponde con los arcones españoles introducidos por los colonizadores y que viajaron “de ida y vuelta” a América, regresando con muchos emigrantes. Muchas de ellas procedían de Cuba y estaban realizadas en cedro local. Con posterioridad se fabricarían en las islas con cedro del país. Tienen forma rectangular y tapa convexa articulada con goznes. Dicha tapa era curva para poder ir amontonadas en las cubiertas delos barcos y que no les entrara el agua. Presentan una cerradura de hierro frontal con diferentes formas recortadas y que cierra con una pletina fijada a la tapa. Lo más interesante de estas cajas son los elaborados diseños de los mayetes o colas de milano que unen las esquinas con curiosos nombres como “diente de perro” o “cresta de gallo”. En el interior suelen tener un cajón adosado a la derecha, cuya tapa abierta servía para sujetar la tapa de la caja y mantenerla abierta.

Las cajas, arcones y baúles del s.XIX, como la pieza que nos ocupa, están presentes en todas las islas y su procedencia suele ser americana o local, siendo éstas últimas imitaciones de las primeras. Constituyen el último estadio de la evolución de este tipo de muebles en Canarias y su diseño es posterior al de las anteriores.

Son arcones de tapa plana o convexa con diferentes tipos de decoración como ligeras molduras talladas bordeando la tapa y el cuerpo principal, pequeños escudos realizados en madera de color con iniciales incrustadas o taraceas de madera de color, formando cenefas que recorren todos los lados de la caja o solo la tapa. Pueden tener patas o apoyar en un zócalo de madera recortada.

Se hacían de maderas nobles de importación como cedro o caoba, las de más calidad, o en maderas locales como castaño, tea, sabina o barbusano. En origen eran usados para viajar como muebles contenedores de enseres, ropa y alimentos.

(Bibliografía Revista El Pajar Cuaderno de Etnografía Canaria II época – Nº7. Agosto 2000 “Dossier: El trabajo de la madera en Canarias” – Artículo de Juan de La Cruz Rodríguez “El mueble popular en las Islas Canarias”).

Restauración de la caja de cedro.

Lo dicho, nos metimos en faena retirando las capas de barnices y suciedad acumuladas, recuperando la madera de cedro original. A medida que la madera quedaba limpia, nos llegaba el característico olor del cedro que tantos recuerdos nos trae a mucho canarios.

Estado de la caja antes de la restauración.

Retirada del barniz mediante decapado químico.

Proceso de restauración de la caja de cedro.

En el taller – La Restauradora de La Laguna.

Durante el proceso de restauración descubrimos un detalle sorprendente. Cuando retiramos la cerradura para limpiarla y hacer una llave nueva… Esta fue la sorpresa (para nosotros y para nuestros clientes).