En el artículo anterior les prometí que ahora, con un poco más de tiempo para dedicarlo a esto de la web, les iba a mostrar algunos de los trabajos de restauración realizados en el taller durante este año y… ¡¡¡Lo prometido es deuda!!!
Hace algunos meses restauramos este canterano realizado en madera de roble y haya, probablemente en los años 1940 en la península (Valencia o Cataluña). Se trata de un mueble característico de la zona donde denominan canterano a esta tipología donde se mezcla una cómoda, escritorio y vitrina en un mismo mueble, lo que aquí conocemos como buró.
Según el Diccionario de mobiliario (Sofía Rodriguez Solís – Colección Domus 2006) Canterano es el nombre que se da en Cataluña a la cómoda con escritorio de tapa inclinada. Se refiere a un mueble con muchos cajones que proviene de la transformación del antiguo arcón. Tanto el nombre como la tipología son de origen italiano y se adoptan durante el s.XVIII.
Sin embargo, en Tenerife estamos más acostumbrados a denominar a este tipo de muebles como buró debido a la influencia del mueble inglés. Según el mismo diccionario, se entiende como Buró diferentes modalidades de escritorios, procedentes de Francia y de Inglaterra e introducidos en España durante el s.XVIII. El termino es de origen francés (bureau) y en este caso se trataría de un buró con biblioteca a la inglesa formado por una cómoda con secreter combinado con un cuerpo superior con estantes para libros y puertas acristaladas.
Como vemos, nuestro canterano tiene todas las características de esta tipología de muebles con un cuerpo inferior formado por una cómoda de línea en ballesta y un secreter con tapa abatible y compartimentos interiores, apoyada sobre pequeñas patas cabriolé. El cuerpo superior más estrecho lo forma una vitrina acristalada rematada por un copete con adornos torneados.
En todo caso el mueble que vemos ya está restaurado, pero realmente llegó al taller en un estado de conservación muy diferente…
Presentaba algunos daños causados por carcoma localizados principalmente en las patas y traseras, pero el deterioro más importante lo encontramos en el acabado muy amarillento, desgastado y lleno de manchas de tinta.
Comenzamos el trabajo de restauración con un tratamiento curativo contra insectos xilófagos y continuamos con la retirada de la multitud de manchas de tinta, algo que fue muy entretenido y laborioso…¡¡¡Había manchas hasta en el copete!!!
Tras reforzar la estructura y reponer las chapas traseras, renovamos el acabado original con cera quedando el mueble finalmente restaurado.
Para restaurar este mueble colaboramos con el taller artesanal Decovitral donde Fran Delgado hizo el trabajo de cambio de la cristalería de las puertas según el gusto del cliente, y que le dio un toque renovado al mueble. No dejen de visitar su web para conocer su interesante trabajo con el vidrio.
Les dejo algunas fotos más del resultado final de este trabajo de restauración…Apurando las últimas horas de las vacaciones, a partir de mañana nos volvemos a meter de lleno en el trabajo del taller así que…¡¡¡Hasta el próximo artículo!!!
