Restauración de una lámpara con lágrimas (I).

on Ago 24, 2012

     Hola a todos…¡¡¡Que calor!!! Tenía la intención de aprovechar este mes de agosto para adelantar trabajo en el taller, pero el clima se ha propuesto llevarme la contraria y ya son más de diez días en los que no se puede hacer «na’ de na'».

     Pero antes de sufrir de deshidratación nos dio tiempo de terminar una coqueta lamparita de lágrimas que habíamos conseguido en una liquidación y queríamos colocar en casa… ya se sabe que «en casa de herrero, cuchara de palo», así que tengo piezas mías dando tumbos por el taller en espera de tener un rato para trabajarlas, que nunca encuentro. ¡¡¡Esta lámpara estaba en proceso de restauración desde marzo y por fin la hemos terminado!!!

     Se trata de una graciosa lamparita francesa de bronce dorado decorada con lágrimas de cristal antiguo. Probablemente sea una pieza de principios de 1900, pero lo que más nos gustó fueron sus proporciones con una fila de cinco brazos curvos rematadas por cazoletas de cristal tallado y pequeños ganchos curvos en la parte superior para colgar las lágrimas.

    
     Así es como la encontramos… con mucha suciedad y lágrimas desparejadas, mezcladas o simplemente inexistentes. Pero conservaba las cazoletas en perfecto estado, tenía muchas posibilidades y…simplemete nos gustó!!!

     Lo primero fue desmontar las lágrimas con el fin de limpiarlas, clasificarlas y seleccionar las piezas originales y las añadidas, para luego tratar de conseguir las faltantes y reponer todo el conjunto.

    
     Vemos que el metal estaba muy sucio y manchado, así que desmontamos todas las piezas de la lámpara para poder limpiarlas y, de paso, enhebrarla de nuevo al volverla a montar.

     Para limpiar el metal existen muchas recetas, algunas caseras (con amoniaco, con vinagre y limón. etc.) y comerciales (limpiametales), pero en este caso utilizamos un producto para tratar el óxido diluido al 50% en agua donde sumergimos las piezas no más de una hora y luego limpiamos con lana de acero fina.

     Al ser un producto a base de ácidos, conviene utilizarlo con medidas de protección como guantes y gafas. Después de tratadas y limpias, se dejan secar bien antes de barnizar para proteger y conservar el brillo.

     Esta es la primera parte de la restauración de nuestra lámpara…próximamente les contaré como fue el montaje y la reposición de las lágrimas, hasta su colocación final en casa. Intentaré no tardar mucho…Ciao!!!

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