Estrenamos este año 2022 con un nuevo post de la restauración de un pequeño taburete canario procedente de la isla vecina de Gran Canaria. Así es como denominan allí a la silla popular con características propias. Básicamente se trata de sillas de estructura sencilla cuyas patas traseras se prolongan formando el respaldo y que suelen terminar en una punta cejada. Varios travesaños forman el respaldo, decorados con abanicos, mariposas o medios soles tallados. El asiento es trapezoidal apoyado en un travesaño delantero generalmente en forma de pico. La madera utilizada era generalmente castaño.
La sillita que nos llegó al taller es una versión reducida de este modelo de silla popular y debe tratarse de una silla de costura, dadas sus características y pequeño tamaño. También podría tratarse de una silla para uso en la cocina o de una silla infantil. En ocasiones estos taburetes tenían una pequeña gaveta bajo el asiento destinada a guardar los utensilios de labor o como costurero. Se les llamaba «taburetes de pedida» ya que era el regalo que muchos novios hacían a sus prometidas.
(Bibliografía Revista El Pajar Cuaderno de Etnografía Canaria II época – Nº7. Agosto 2000 “Dossier: El trabajo de la madera en Canarias” – Artículo de Jose Antonio Pérez Cruz “Gran Canaria y el antiguo mueble popular”).
Nos encanta restaurar este tipo de muebles tan entrañables. La de historias que nos podría contar y que hacen volar nuestra imaginación. Su propietaria la recordaba de siempre en su familia, pero no cuál había sido su uso. Le recomendamos conservarla tal y como era originalmente, ya que es una pieza que forma parte de nuestro patrimonio cultural, además de tener mucho encanto.
El taburete, realizado en madera de castaño, presentaba suciedad generalizada por su uso y una fea mancha de algún tipo de producto que había deteriorado bastante el asiento.
Para poder recuperar su estado original, realizamos un decapado químico con el fin de retirar la suciedad y limpiar la madera de castaño. Tuvimos que lijar a fondo para recuperar la madera del asiento y hacer desaparecer la profunda mancha.
Un poco de barniz de goma laca y una manita de cera, y nuestro taburete volvió a ser el que fue.
Felices por haber recuperado un pequeño trocito de nuestra historia cultural canaria.
Mientras preparábamos este artículo coincidió la llegada de dos taburetes para restaurar en las clases de restauración y reciclaje que impartimos en el taller. Nuestra alumna Esther ya se ha «metido en faena» con ellas y poco a poco irán recuperando su estado original. Cuando estén restauradas podrán ver el proceso «antes y después» en la sección «Alumnos que son lo mejor de lo mejor», que publicamos regularmente en nuestro Instagram y Facebook.
