Hola de nuevo… Ahora no se pueden quejar de que no estamos publicando trabajos de restauración, eh? Les mostramos el último trabajo realizado que nos ha llevado unos cuantos meses y algunos quebraderos de cabeza. No es habitual que este tipo de muebles lleguen al taller, generalmente porque sus propietarios los suelen tener bastante bien conservados y porque no son muy habituales por aquí, pero hemos disfrutado mucho con la oportunidad de restaurar este hermoso Escritorio (en la foto ya restaurado).
A este tipo de mueble lo denominan vulgarmente Bargueño aunque para muchos historiadores este término resulta erróneo y solamente debe utilizarse para las copias realizadas durante el s.XIX. La pieza que nos ocupa es un Escritorio, papelera o contador de principios del s.XVIII, realizado en madera de nogal y ébano y con decoración de marquetería de carey o concha y hueso grabado, de influencia napolitana. Aquí lo podemos ver completo antes de la restauración…
El pobrecito llegó a nuestro taller bien conservado, sin problemas graves de xilófagos ni de suciedad, pero con bastantes perdidas. Menos mal que muchas de ellas estaban guardadas en una gaveta por su propietaria como la columna de carey de la puerta central, las piezas decorativas de bronce y la moldura lateral. Pero muchos trocitos de hueso grabado y pequeñas molduras de ébano se encontraban perdidas. El mayor deterioro se encontraba localizado en las pinturas, especialmente en el «San Juanito» de la puerta, restaurados por Mar Prendes Restauraciones.
Fue un trabajo bastante entretenido y donde, dada la antigüedad y delicadeza de la pieza, «menos es más» e intentamos tocar solamente lo necesario para conservar y restaurar, colocando de nuevo las piezas desencoladas y reponiendo las piezas perdidas. Realizamos una suave limpieza general de la madera y la decoración, una limpieza y barnizado de los herrajes, un tratamiento preventivo y curativo contra insectos xilófagos y un encerado final con cera microcristalina. Lo más complicado fue conseguir el hueso para reponer los faltantes…
Como se puede ver en la foto, además de los faltantes de hueso y de ébano, la pieza había pasado por algunas restauraciones anteriores en las que habían colocado hueso pero solamente lo habían dibujado con lápiz sin llegar a grabarlo (lateral izquierdo de la puerta). Abajo podemos ver la restauración realizada…
Debo agradecer los sabios consejos del maestro Antonio Jiménez que desde el principio nos guió y se interesó por el trabajo de restauración que estábamos realizando, y al que no pude dejar de traer al taller para que lo viera terminado antes de su entrega… disfrutamos mucho con sus visitas!!!
Les dejo algunas fotos más del proceso de restauración… en otro artículo les contaré algo más sobre esta tipología de muebles y algunas cositas sobre detalles del mismo (un poquito de historia…).
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